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El Efecto Trump: 1000 Pesos = 1 Dólar?

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    ADN@+
  • 8 abr
  • 5 Min. de lectura


LA CONVERGENCIA DEL SIGLO 21 LLEGA A SU FIN
LA CONVERGENCIA DEL SIGLO 21 LLEGA A SU FIN

ESTE ARTÍCULO CONTIENE:

  1. Revisión técnica del análisis de expectativas sobre el peso chileno, el dólar y el cobre.

  2. Contextualización del análisis para hacerlo útil para el caso de otros países andinos.

  3. Rol de Urku como RWA (Real World Asset), anclado al USDC y al carbono, como Instrumento Financiero compatible con la estrategia de Trump y la integración andina.

  4. Integración del Diálogo Hexagonal y el Proyecto Sierra|ANDES como herramienta y proyecto escalable, capaces de sumarse a Urku para generar una solución estructural y regional.



¿CHOCAMOS O COLABORAMOS?
¿CHOCAMOS O COLABORAMOS?

“¿1000 pesos chilenos = 1 dólar?” La estrategia de Trump y sus consecuencias


Por Roberto F. Salazar-Córdova, para ADN@+ (Analysis & Dynamics Network Plus)


SANTIAGO – ¿El peso chileno a 1.000 por dólar estadounidense? Lo que alguna vez pareció un escenario lejano, hoy es una realidad cruda. La convergencia entre fuerzas globales y decisiones nacionales ha llevado la moneda chilena a mínimos históricos. La estrategia económica de disrupción del presidente Donald Trump está en el centro de esta historia global, cuyos efectos colaterales se sienten con fuerza en Chile… y comienzan a proyectarse sobre otros países de la región andina.


Este artículo analiza cómo las políticas de Trump fortalecieron al dólar, cómo monedas como el peso chileno, colombiano y argentino, junto con otras economías andinas, se volvieron vulnerables, y cómo herramientas como Urku, ancladas al dólar digital (USDC) y al carbono (1 token Urku = 1 tonelada de carbono verificado), ofrecen una salida estructural viable y compatible con una economía de bloques más libres.


El cobre, el peso y el dólar: la tormenta perfecta


Chile, el mayor exportador mundial de cobre, ha visto su moneda fluctuar de forma violenta en las últimas dos décadas: de 520 CLP/USD en el año 2000 a casi 950 CLP/USD en 2025. Paralelamente, el precio del cobre subió de menos de 1 USD por libra a más de 4 USD/lb.


En teoría, esto debería haber fortalecido al peso. Pero no fue así.


La explicación está en la combinación de tres fuerzas:

  • La apreciación del dólar frente a otras monedas por el reposicionamiento geopolítico de EE.UU.

  • La incertidumbre global (inflación, guerras, desconfianza en China), que llevó a los inversionistas hacia el dólar, el oro, el petróleo y… el cobre.

  • La debilidad estructural interna: déficits fiscales, baja productividad, inestabilidad regulatoria.


El S&P 500 creció de ~1.400 en 2000 a más de 5.000 en 2025, reflejando un entorno de liquidez y refugio en activos estadounidenses. A su vez, la correlación entre el cobre y el tipo de cambio CLP/USD fue moderada (r ≈ 0.35), lo que demuestra que el precio del cobre no fue suficiente para proteger al peso frente a desequilibrios fiscales y una política monetaria reactiva.


La lección es clara: ni los commodities ni las tasas de interés pueden contener una devaluación cuando hay problemas estructurales. Lo que le ocurrió al peso chileno ya afecta al peso argentino, al peso colombiano, al boliviano y a todas las monedas andinas, de forma directa o anticipada.


Trump, la disrupción global y la oportunidad


La estrategia de Trump —basada en tarifas, reducción de impuestos, relocalización industrial y presión sobre la Reserva Federal— fortaleció el dólar, aunque su intención inicial fuera lo contrario. Esto ha generado una reconfiguración global con consecuencias mixtas:

  • Para EE.UU.: más capacidad de compra e inversión global.

  • Para Europa y Asia: devaluación y pérdida de peso estratégico.

  • Para América Latina: presión inflacionaria, fuga de capitales, y urgencia de alternativas reales.


Pero esta disrupción también abre una puerta: crear un bloque de países aliados en torno a la libertad económica, la inversión directa y la reducción de barreras arancelarias y para-arancelarias. Un bloque andino-atlántico articulado con EE.UU. y el Reino Unido.


El Diálogo Hexagonal y el Proyecto Sierra|ANDES


Ante esta coyuntura, el Diálogo Hexagonal se presenta como una herramienta política concreta, basada en 30 años de desarrollo y aplicada hoy en territorio. Articula seis sectores: Estado, empresa, sociedad civil, academia, comunas y capital. No se trata de un foro ideológico, sino de una estructura de acción que permite generar inversión, gobernanza, productividad y acuerdos sostenibles.


En Cayambe, Ecuador, este modelo permitió pasar de un déficit operativo de USD 12 millones a la movilización de USD 200 millones en capital natural, generando un fondo de liquidez de USD 50 millones para sostener pagos a productores lecheros en plena crisis fiscal del Estado. Anualmente, se generan USD 40 millones en valor social, distribuidos así:

  • 45% en inversión social directa en la comuna

  • 25% al fondo de liquidez y sostenibilidad

  • 30% de rentabilidad para inversionistas y empresas ancla (de la cual, el 60% va a la comuna)


Esta experiencia no es un caso aislado, sino un piloto para escalar a 8 comunas ecuatorianas, y luego a 8 países andinos: Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Venezuela y Panamá. En total, el objetivo es consolidar una red de 64 comunas estratégicas, que sirvan como base para una nueva integración andina con enfoque productivo, sostenible y comercial, anclada a los intereses de EE.UU. y el Reino Unido.


Urku: anclaje al dólar, al carbono y al territorio


Urku es el instrumento financiero que hace posible esta integración.Es un Activo Real Global (RWA) que representa 1 tonelada de carbono verificado, trazable vía satélite y blockchain.

Cada token Urku:

  • Está anclado 1 a 1 al dólar digital (USDC) y a su vez a 1 a 1 con cada Tonelada de C

  • Tiene un respaldo físico y territorial

  • Funciona como instrumento de compensación, inversión, gobernanza y comercio


Urku permite crear rutas comerciales descentralizadas, compensar emisiones con trazabilidad diaria y facilitar inversión extranjera directa en territorios confiables. No depende de subsidios ni de voluntarismo, sino de reglas claras, métricas verificables y retornos sostenibles.


Urku convierte a los Andes en un puente entre lo financiero, lo ecológico y lo productivo, alineado con los intereses de las nuevas potencias democráticas y con la visión de un orden económico libre, interoperable, transparente y basado en principios.


CARBONIZACION Y DOLARIZACION COMO CAMINO
CARBONIZACION Y DOLARIZACION COMO CAMINO

Conclusión: del colapso monetario a la integración andina


La historia del peso chileno no es una anécdota. Es una advertencia para todos los países andinos. Sin acción concreta, otros “pesos” también llegarán a paridades simbólicas con el dólar, erosionando el poder adquisitivo, la gobernanza fiscal y la cohesión social.


Pero también es una oportunidad. A través del Diálogo Hexagonal, el Proyecto Sierra|ANDES y el token Urku, América del Sur puede construir un nuevo modelo de integración: territorial, descentralizado, productivo, anclado al dólar y al carbono, alineado con la libertad y preparado para una economía post-crisis.


La economía andina ya no puede seguir dependiendo de ciclos de precios, tasas de interés o promesas multilaterales. El futuro se construye desde los territorios. Con 64 comunas conectadas y gobernando con libertad, América Latina puede convertirse en el bloque que equilibre, acompañe y proponga un nuevo pacto con Estados Unidos y el Reino Unido, bajo una visión de crecimiento con legalidad, soberanía y sentido común.


Roberto F. Salazar-Córdova

para ADN@+


 
 
 

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