
Ahorro vs Ahorros
- ROBERTO SALAZAR CORDOVA
- hace 1 día
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Flujos, Saldos y Confianza
Por Roberto F. Salazar-Córdova
ADNPLUS, Chile
1. Flujos y saldos
El ahorro es un flujo: la diferencia positiva entre ingresos y gastos en un período.
Los ahorros son un stock: el resultado acumulado de esos excedentes a lo largo del tiempo.
Las cooperativas de ahorro y crédito manejan ambas dimensiones. Administran el flujo de ahorro mensual y el stock de ahorros depositados, transformándolos en crédito para inversión.
Cuando un hogar mantiene excedentes por varios períodos, convierte el ahorro en una de las formas básicas de capitalización, pero no la única.
2. Formas múltiples de ahorro y de ahorros
El ahorro no siempre es monetario. También puede expresarse como:
una tarifa menor a la presupuestada,
el capital natural preservado,
o un terreno que gana plusvalía sin haberse vendido.
En cambio, los ahorros pueden ser bienes físicos, activos financieros o patrimonio ecológico, sostenidos en el tiempo.
Cuando el ahorro se convierte en metálico, aparecen los intereses pasivos que las instituciones pagan al ahorrista, financiados con intereses activos cobrados a quienes invierten mediante crédito.
El sistema financiero existe para equilibrar ese ciclo.
3. Todo puede capitalizarse
La economía contemporánea puede capitalizarlo todo: dinero, tiempo, activos, pasivos, incluso bienes comunes como jardines, parques, alamedas, plataformas o bromas.
Si hay disposición de pago por un bien o servicio, hay valor económico, y si hay valor, hay proyecto.
Cada proyecto es una inversión. Puede ser económica, social, cultural, ambiental o política. Combinadas, estas inversiones pueden generar la renta suficiente para cubrir costos de intermediación y reparar los intereses del sistema.
Las inversiones de impacto, además, deben producir desarrollo: bienestar, servicio y humanidad proyectada hacia la felicidad.
4. La paz como ahorro institucional
Hacer y vivir las paces es una forma profunda de ahorro.
Las sociedades acumulan ahorros de confianza e institucionalidad cuando respetan las reglas y protegen derechos. Vivir en paz reduce riesgos, eleva productividad y multiplica oportunidades. Por eso, los seres humanos migran buscando paz: es la forma más pura de capital social.
Cuando los derechos de propiedad sobre el ahorro o los ahorros no están bien definidos, surgen distorsiones.
Si el Estado o grupos de poder intervienen para apropiarse del ahorro colectivo —como ocurre con la minería ilegal o con cooperativas de ahorro forzoso y crédito atado— lo voluntario se vuelve impuesto, y el incentivo a producir confianza desaparece.
5. El saldo como medida de todo
Cuando las personas sienten que se llevan su ahorro, sus ahorros, sus reservas y sus expectativas, pierden también el capital político y moral: el de la confianza.
Sin confianza, una sociedad no recibe inversión, ni puede administrar sus propios recursos.
Por eso, el saldo es la medida principal de todas las cosas.
Si no hay ahorros permanentes y sostenibles, no hay crédito, garantía ni inversión posible.
6. Disciplina y corresponsabilidad
Ahorrar requiere disciplina —no solo individual, sino familiar, comunitaria, empresarial, social y estatal—.
Los shocks vendrán: días, meses o décadas perdidas. Pero el ciclo siempre vuelve.
La salida no está en el subsidio, sino en la responsabilidad compartida.
Reconocer los derechos de terceros sin exigir privilegios propios.
Solo puede dar quien primero tiene algo.
Levantar la mano para pedir es noble.
Levantarla para dar es divino.
Capítulo II · El ahorro con los ahorros
La diferencia en rentabilidad entre Ecuador y Chile es abismal y favorable a Ecuador.
Entre 2017 y 2025, un depósito en pesos chilenos rindió apenas 0,06 % anual en dólares, mientras que en Ecuador uno equivalente en moneda dura obtuvo 6 % anual.
Incluso descontando el riesgo país —alrededor de 700 puntos básicos para Ecuador y 150 para Chile—, el ahorro ecuatoriano mantiene una rentabilidad efectiva 69 veces superior a la chilena.
Y esto no es todo. Un trabajador que gana el salario mínimo en Ecuador también tiene mayor capacidad de generar excedentes si logra acceder a un vehículo microfinanciero de ahorro en Ecuador que pueda estar seguro y regulado desde Chile, retornando luego como inversión hacia su propio negocio.
Así, un microemprendedor ecuatoriano puede ganar productividad y competir con la banca ecuatoriana y chilena en igualdad de condiciones.
El salario mínimo, ajustado por décimos y utilidades y expresado en paridad de poder adquisitivo, también favorece a Ecuador: 783 dólares internacionales frente a 709 en Chile.
La tasa de interés refleja la productividad del capital y el salario, la productividad del trabajo. La relación entre ambas muestra que el capital ecuatoriano es hasta 91 veces más productivo que el chileno por cada unidad de productividad laboral.
La capacidad de ahorro efectiva confirma esta ventaja: un trabajador ecuatoriano que percibe el salario mínimo vital puede ahorrar más de cien veces lo que un chileno equivalente, y aun considerando el riesgo país, la diferencia sigue siendo sustancial.
El capital en Ecuador rinde más porque es escaso y porque se conserva en moneda fuerte, mientras el trabajo, con ingresos reales mayores, permite un flujo sostenido de ahorro.
La racionalidad económica no está en mover los fondos sino en articular el flujo con el stock.
El ahorro y los ahorros deben encontrarse: el primero como disciplina periódica que genera excedentes, y los segundos como capital acumulado que encuentra destino en proyectos productivos y de impacto.
La estrategia óptima es invertir en Ecuador con fondos de ecuatorianos que se ahorran en su país, pero canalizados y protegidos desde Chile, donde existen reglas estables, arbitraje confiable y resguardo frente a riesgos de lavado o expropiación.
Así, el ahorro —flujo— y los ahorros —stock— se integran en una sola ecuación: productividad ecuatoriana con seguridad chilena. Se crea así una arquitectura financiera útil para toda la región andina, al combinar rentabilidad ecuatoriana en moneda dura, y confianza y desarrollo en lógica chilena, donde cada dólar ahorrado tiene destino, propósito y futuro.
Estés donde estés, Invierte en URKUs-B: el instrumento de inversión andino que transforma el ahorro en impacto real.
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(*) La Administradora de Fondos de Inversión de Impacto Red Santa Cruz :
Ha hecho surgir una nueva forma de entender el capital en América Latina.
Desde su base en Chile y Ecuador, con raíces en todos los Andes, ha demostrado que la rentabilidad y el propósito no son opuestos, sino complementarios.
Al integrar instrumentos financieros de impacto con proyectos productivos reales, la Red Santa Cruz ha vinculado ahorro, inversión y desarrollo territorial en una sola ecuación de confianza a través de la Cordillera (URKU).
URKU y su modelo demuestran que es posible canalizar capitales hacia la transformación sostenible, protegiendo al inversionista, fortaleciendo a las comunidades y generando valor económico, social y ambiental desde una sola arquitectura de paz.
De acuerdo a estudios internacionales el micro ahorro tiene mas impacto en el desarrollo de la gente que el microcredito....