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FONDEARSE EN BIEN

  • Foto del escritor: ADN@+
    ADN@+
  • hace 3 días
  • 5 Min. de lectura

Urku: un arma buena y de fondo para una guerra real contra la cultura de muerte


Por Roberto F. Salazar-Córdova

ADN@+ / Red Santa Cruz – www.adnplus.co.uk


Desde la primera línea, la invitación es directa: queremos que compres Urku.

No como moda financiera, ni como refugio individual, ni como apuesta especulativa, sino como gesto deliberado de entrar a una causa: poner tu dinero al servicio de la vida, de la naturaleza, de las familias y de territorios concretos que hoy resisten una cultura de muerte que se ha hecho sistema.


Urku existe para eso. Y se ofrece abiertamente para eso.


Hacer las PACES
Hacer las PACES



1. La guerra real: vida contra cultura de muerte


Vivimos en una guerra real, aunque muchos prefieran nombrarla solo como “crisis” o “polarización”.


Es una guerra entre:

  • economías que cuidan la casa común vs economías que la exprimen hasta dejarla exhausta;

  • proyectos que reconocen la dignidad de la persona vs proyectos que la reducen a masa, a voto, a cifra;

  • culturas que celebran la vida en todas sus etapas vs culturas que tratan la vida como variable de descarte.


En esa guerra, cada decisión de gasto, ahorro o inversión toma posición. Quien transfiere unos dólares al comprar desde su cuenta bancaria decide, sin decirlo, a qué tipo de mundo está alimentando.


Urku nace precisamente como respuesta a esa pregunta: ¿qué pasa si el capital se ordena comercialmente y se lanza un activo transable explícitamente dedicado al cuidado de la creación y de las personas más frágiles?


La Red Santa Cruz ha respondido, en la batalla cultural, con un instrumento concreto: un Token socio-ambiental llamado Urku, que se diseña para financiar inversiones de impacto y sostener procesos largos de restauración ecológica, justicia social y paz territorial.


CON LIBERTAD.

2. ¿Qué significa comprar Urku?


Comprar Urku no es “tener algo digital” más.


Es hacer tres declaraciones sencillas y de fondo.


  1. Declaras dónde quieres que trabajen tus recursos


    Afirmas que una parte de lo que has ganado con tu tiempo y tu talento debe ir a defender agua, suelo, bosque, alimentación, educación, salud, cultura y tejido comunitario en territorios que importan, aunque no salgan todos los días en las noticias.


  2. Declaras de qué lado estás en la batalla espiritual (Sí: espiritual)


    Reconoces que la neutralidad cómoda no existe. O se respalda, con hechos, a quienes construyen vida, o se deja que la inercia lleve todo hacia proyectos de control, mentira y destrucción. Comprar Urku es decir: “mi billetera, mi cuenta, mis tokens son los que se alinean con el bien”. Eso.


  3. Declaras confianza en una red y no en un caudillo


    Urku no es culto a un liderazgo, ni a un gobierno, ni al Estado. Se inscribe en una Red libre, más trascendente, nominada ex-profeso como la Santa Cruz: pueblos, comunidades, empresas, familias, academia, Iglesia, inversores de impacto. Es una apuesta de negocios entre comunidades libres por el trabajo en red, con fe, esperanza y caridad cristiana: por la corresponsabilidad y por la construcción paciente.


3. Urku como arma buena


Un arma buena no destruye; defiende.


Urku se concibe como arma buena porque:

  • organiza capital en torno a proyectos que protegen la naturaleza en lugar de destruirla;

  • fortalece cadenas productivas que dignifican el trabajo en lugar de explotarlo;

  • apoya iniciativas que cuidan a la niñez y a las familias en lugar de dejarlas a la intemperie;

  • favorece instituciones que buscan transparencia, diálogo y acuerdos estables.


Cada Urku que decides comprar es una pieza más de ese escudo. No “salva el mundo” por sí solo, pero construye, con otros, un frente común de defensa de la vida.


4. Urku y la libertad ulterior


Hay una libertad exterior —la de moverse, votar, expresarse— y una libertad interior, más profunda, que queda en ruinas cuando todo se convierte en mercancía o en propaganda.


Comprar Urku es un ejercicio de libertad ulterior, porque:

  • eliges que tu dinero no se quede quieto ni sirva a cualquier cosa, sino que trabaje a favor de la creación;

  • eliges participar en un proyecto que mira décadas por delante, no solo el próximo ciclo electoral o el próximo trimestre contable;

  • eliges vincularte a una causa que reconoce que la economía también puede ser camino de santificación, de coherencia entre fe y vida cotidiana.

  • Se gana dinero sí, pero como un medio para servir mejor y ser más buenos.


Sin discursos de superioridad; con total humildad, la acción concreta pesa: eliges con quién caminas.


Urku es la manera que ofrece la Red Santa Cruz para que esa elección espiritual se vuelva decisión financiera y territorial rentable para tener paz interior al saber que se trasciende.


5. Nada de romanticismos: vender Urku para financiar impacto


Conviene decirlo con sencillez: queremos vender Urku.


No se oculta. Justamente lo contrario: se declara de frente.


Queremos vender Urku porque:

  • con cada compra se financian inversiones de impacto: infraestructura social, procesos ambientales, cadenas productivas que regeneran, educación y salud donde más falta hacen;

  • con cada compra se protege un poco más la vida en territorios que han sido maltratados por modelos económicos y políticos que dejaron atrás a personas y ecosistemas;

  • con cada compra se fortalece una red que entiende el capital como servicio, no como ídolo.


El objetivo es claro: convertir una intención —“quiero hacer el bien con mi dinero”— en un mecanismo concreto y verificable.


Para eso, Urku se emite y se ofrece a quien quiera participar.


6. Unión entre fe, Andes y tokenización


Urku vive en tres planos al mismo tiempo:

  • en la fe, porque reconoce que la vida, la naturaleza y las personas son don antes que recurso;

  • en los Andes, porque se ancla en territorios, culturas, pueblos y ecosistemas específicos, con historias concretas de amor y esperanza;

  • en la tokenización, porque usa tecnología para ordenar, registrar y transparentar la participación de cada quien y dar espacio a la buena fe.


Comprar Urku es unir esos tres planos: rezar con la billetera, también; cuidar los Andes con el teclado, también; participar en una red de corresponsabilidad que entiende que el tiempo, el talento y el dinero son medios para servir, no para dominar.


7. La invitación


La invitación de fondo es sencilla:

  • Si crees que la vida merece defensa.

  • Si te preocupa la creación y lo que se está haciendo con ella.

  • Si desconfías de los discursos que usan a los pobres como excusa mientras fortalecen sistemas que los aplastan.

  • Si quieres que al menos una parte de tu dinero trabaje a favor del bien, con nombre y apellido, en territorios concretos.

Entonces, entra a la Red Santa Cruz y compra Urku.


No tiene que ser mucho dinero; queremos ser huestes... Huestes de bien...


La campaña para vender Urku masivamente es limitada a 3 meses: del 7 de anoviembre al 7 de Marzo (2025-2026).


Racionalmente, financiamos inversiones de escala para lograr impacto y cuidar la vida.


Esa es toda la lógica.


Lo demás son capas técnicas, jurídicas, tecnológicas, necesarias pero subordinadas.


Urku está para eso: para que cada persona, familia, empresa o institución que se toma en serio esta guerra real pueda disponer de 1, 10, 100 ó 1000 dólares, invertidos en un arma buena y de fondo, y decir, con actos: aquí estoy, aquí pongo algo, aquí camino con ustedes a favor de la vida.




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