Los Juegos Olímpicos nos han devuelto a todos una realidad: la grandeza de los seres humanos, el absoluto del récord, sin relativismos: oro, plata y bronce, diploma si eres top ten, y alegría para quienes sin diploma o medalla llegaron a la marca de clasificación y pudieron tatuarse un círculo, para competir cinco o seis veces cada cuatro años, con entrenamiento diario durante dos a tres décadas.
Como en el Deporte (que es salud), en la Vida, solo queremos ser felices sin relativismos; solo en verdad.
Que bueno que el Deporte nos ha cambiado el panorama que antes ocupaba a diario la reina de las relatividades: la política. Que bueno que el Universalismo nos deja un orden que muestra el resultado de procesos que no son de muy corto plazo, sino de mediano y largo plazo:
Oro, Plata y Bronce
El país número 1 del mundo y el número 1 de Ibero-América, por calidad, son China y Cuba, países Comunistas en sus gobiernos, por décadas.
Los países número 1 del mundo y el número 1 de América Continental, por calidad y cantidad, son Estados Unidos y Canadá. Países de gobiernos no Comunistas en sus gobiernos, por décadas de décadas.
La variable política no juega más, como hacía en los años de la guerra fría, un rol, a la hora de disputar sistemas de gobierno comparados.
De Sudamérica, al momento, quedan, rankeados, en oro: Brasil en el lugar 16 por calidad con sus 4 oros (lugar 15 en cantidad, por sus 16 medallas), Ecuador en el lugar 34 por calidad con sus 2 oros (lugar 54 en cantidad, por sus 3 medallas), Venezuela en el 41 por calidad con su 1 oro (lugar 42 en cantidad, por sus 4 medallas), Colombia en el 64 por calidad sin ningún oro (lugar 34 en cantidad, por sus 5 medallas), y Argentina en el 72 por calidad sin ningún oro (lugar 64 por cantidad, por sus 2 medallas).
Esto todavía no termina, y esperamos tener más medallas para América Latina, ojalá para México, que va en el lugar 80 por calidad, sin ningún oro, pero 42 por cantidad, por sus 4 medallas, más el resto de queridos países de Sud-América, y América toda en general.
Una medalla de Oro nos da verdadera felicidad de calidad. Es allá donde hay que apuntar, como decíamos en mi querido colegio de los Jesuitas en Quito, el San Gabriel: "Calidad, Corazón, Campeón"... Nada relativo, todo absoluto!
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