RIESGO EN LOS EEUU ANDINOS
- ROBERTO SALAZAR CORDOVA

- hace 2 horas
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El presente artículo, escrito para la Red Santa Cruz, parte del marco conceptual de la ZONA URKU, y se enfoca en el riesgo para los miembros de ADN@+6.
Se compara los Estados Unidos Andinos, en función del financiamiento para ser hacedores de PACES, con Soberanía e Institucionalidad.
El análisis utiliza datos EMBI al 30 de noviembre de 2025, incorporados de manera rigurosa y estratégica conforme a la necesidad de los fines de www.adnplus.co.uk.
País EMBI (pbs)
Chile (100)
Perú (128)
Panamá (179)
Colombia (277)
Ecuador (554)
Argentina (645)
Bolivia (666)
Venezuela (11.500)
Bloomberg (2025)
El nuevo mapa del riesgo soberano en las Américas: una lectura desde los Estados Unidos Andinos
Por Roberto F. Salazar-Córdova
(Chino Salazar de Quito)
Bolívar vino desde el Nor-Oriente. San Martín vino desde el Sur-Oriente. Atahuallpa nació, vivió, conquistó y murió en desde el Centro.
I. Un continente que se reorganiza desde sus cordilleras
El riesgo soberano en América es un índice financiero fundamental. Su termómetro político-económico define inversiones.
Cuando sube o baja, revela una comparativa territorial que revela el estado real de la gobernabilidad, la confianza y la capacidad de inversión de cada país y entre países.
El EMBI al 30 de noviembre de 2025, publicado por Bloomberg, confirma algo que desde la ZONA URKU venimos observando: son las cordilleras las que producen capital natural y al hacerlo, son el fundamento de la política, el ambiente, la cultura, la economía y la sociedad que habita en sus territorios altos y bajos.
El foco lo ponemos en los Estados Unidos Andinos, que hoy son los que marcan la pauta del reequilibrio continental y son objeto de la atención global, según lo que ocurra en Venezuela.
No se trata de ideologías. No se trata de ciclos electorales. Se trata de estructura.
II. Estados Unidos Andinos: el bloque que emerge
Bajo la definición estructural que utiliza ADN@+6, los Estados Unidos Andinos son los territorios articulados por la Cordillera y sus ramales históricos:
Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina, Panamá y Venezuela.
La cordillera es un solo sistema en la geografía política de fondo. Su historia de comercio, integración, movilidad humana, confianza, sistemas de producción y matriz moral así lo demuestran.
Esfuerzos aislados producen crisis subsecuentes. Pensar el todo genera unión, fuerza y competitividad.
LOS DATOS
Procedamos a observar los datos. Se evidencia una división cada vez más marcada entre:
Los Andinos de baja prima de riesgo, que se acercan al estándar OCDE.
Los Andinos de riesgo medio, en reacomodo.
Los Andinos de riesgo alto, donde el orden institucional aún no se estabiliza.
Los datos al cierre de noviembre lo confirman:

Si se excluye a Venezuela, el promedio andino cae a 364 pbs, comparable al promedio centroamericano (~370 pbs).
Un dato histórico: por primera vez en muchos años, Ecuador baja a 554 pbs, entrando en la zona media del bloque andino, tras varios años en los tramos más altos de riesgo.
Esto no es menor.
Significa que el corazón de los Andes vuelve a respirar.
III. Brasil+: el otro bloque continental
La segunda gran familia de las Américas, según la arquitectura geopolítica del ADN@+6, es Brasil@+, formada por:
Brasil
@Uruguay
+Paraguay
Su lógica es diferente: comercio atlántico, integración agroindustrial y antiguas matrices federativas consolidadas fuera del Imperio de Atahuallpa.
Su promedio EMBI al 30 de noviembre es de 197 pbs —menos de la mitad del promedio andino, sin embargo.
Brasil@+, por tanto, constituye hoy la zona de estabilidad financiera estructural del Cono Sur, buscado por a) los BRICS como parte de ellos, y buscado por b) los EEUU de los Andes como aliado.
Si Brasil es solo la B de BRICS su clima político será más volátil, y su estructura institucional quedará rezagada frente al ADN@+ de los EEUU Andinos.
Si se genera una alineación armónica con la vecindad amazónica natural con su abastecedora de agua andina, se podrá trabajar conjuntamenre, en términos de cohesión social de base siempre positiva.
IV. México y los grandes estados del norte
OTRO Aliado clave son los EEUU Mexicanos.
México: 235 pbs.
Estados Unidos: 0–5 pbs.
Canadá: 20–30 pbs.
Estos tres conforman la familia continental del Gran Norte los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América.
Si todos somos América, todos los estados unidos podemos unirnos continentalmente.
Son los riesgos los que crean sistemas diferenciados maduros, cada uno con tensiones internas, pero con capacidades financieras estabilizadas para dialogar desde unidades coherentes.
El promedio del Norte ~15 pbs (USA+Canadá) sigue siendo el punto de referencia hemisférico.
V. Centroamérica y el Caribe: la bisagra
Centroamérica (sin Panamá) muestra un promedio cercano a 370 pbs, muy alineado con el promedio andino.
El Caribe —más heterogéneo— se aproxima a 250 pbs en promedio.
Estas dos regiones son puentes: articulan norte y sur, pero aún no consolidan una arquitectura común de integración política o financiera.
Por eso su comportamiento es pendular: suben y bajan según choques externos.
VI. ¿Qué está diciendo entonces el EMBI de noviembre de 2025?
1. Que los Andes están volviendo al centro del continente.
Chile y Perú lideran.
Colombia se desestabiliza.
Ecuador retorna a terreno intermedio.
El promedio converge con Centroamérica.
2. Que Brasil+ conserva la estabilidad financiera del Atlántico Sur.
Promedio muy bajo, pero con debilidades institucionales cíclicas.
3. Que México es su propio universo.
No arrastra al norte ni es arrastrado por el sur.
Sostiene su propio equilibrio.
4. Que Venezuela queda fuera de toda curva estadística.
No puede utilizarse en ningún análisis de promedios.
5. Que la ZONA URKU está correctamente conceptualizada.
La convergencia de riesgo mediano en el bloque andino coincide exactamente con tu visión estratégica:
cuando los Andes convergen, América Latina se ordena.
VII. ¿Por qué importa esto para los inversores?
Porque en un continente fragmentado por ideologías, ciclos populistas y volatilidad institucional, solo los Andes presentan continuidad moral y territorial suficiente para reconstruir pactos de largo plazo.
Por eso la estrategia ADN@+6, basada en PACES (Política, Ambiente, Cultura, Economía y Sociedad), parte del territorio andino como:
nodo de estabilidad social,
centro de energía alimentaria,
espacio de carbono estratégico,
y matriz de acuerdos para la sostenibilidad.
El EMBI simplemente confirma lo que el territorio ya sabía.
VIII. Conclusión: los Andes como brújula continental
América Latina se está reorganizando.
Y al observar los datos con claridad estructural —sin ideología, sin ruido—, aparece un mapa limpio:
Brasil+ sostiene la estabilidad atlántica.
México sostiene la estabilidad norteña.
Los Estados Unidos Andinos están recuperando su rol histórico:
ser la columna vertebral de las Américas.
Por eso la ZONA URKU no sólo es un proyecto técnico: es una hipótesis territorial que los datos del EMBI están empezando a validar.
Es momento de ordenar la región desde sus cordilleras.
Y es desde allí —desde el corazón de la Tierra Andina— que volverá a construirse confianza, inversión y paz.










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