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30-S CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE

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    ADN@+
  • hace 2 días
  • 3 Min. de lectura

30-S Carta Abierta al Presidente


(Santiago de Chile, septiembre de 2025)


Señor Presidente Daniel Noboa A.:


Han pasado quince años desde el 30 de septiembre de 2010.


Esa fecha marcó un antes y un después en la democracia ecuatoriana: la violencia, las muertes y las pérdidas mostraron que gobernar sin diálogo multiplica los costos.


En aquel momento publiqué el MEIL56 con el artículo “La Revolución de las Antenas” (Salazar-Córdova, 2010), donde se advertía que el país debía construir mecanismos de escucha real, para no repetir la historia.


Se convocó a un Diálogo abierto que duró un mes. Hoy Convocamos a uno que dure 1 año.


El correísmo, en ese entonces, optó por otro camino: gobernar sin diálogo, apropiarse de símbolos —como el hexágono, que había sido registrado y promovido desde 2003 como herramienta de consenso—.


El final del correísmo tras 15 años desde 2010 todos lo sabemos: terminar acumulando procesos judiciales, deudas onerosas y fracturas sociales.


Hoy esa misma fuerza política enarbola el discurso del diálogo como bandera.


Pero el país ya ha dado su veredicto: dos veces votó por un liderazgo distinto, el suyo, precisamente porque rechazó ese doble discurso.


Señor Presidente, el desafío actual con el subsidio al diésel es la oportunidad para demostrar esa diferencia.


No basta con mirarlo como un problema fiscal a resolver con compensaciones internas.


El subsidio eliminado está bien eliminado pero la eliminación está mal comunicada.


Todavía se puede hacer comunicaciones efectivas para que la medida pueda quedarse, en paz, así: en casi cero; Usted puede -eso sí- (y el país debe, quizá) convertir -la medida- en una decisión de conjunto: en una inversión de impacto.



Esro es posible si se aborda todo con diálogo técnico y en pro de pactos claros.


¿Cómo? A través de tres pasos:


  1. Eliminar el subsidio al diésel de manera ordenada, con diálogo técnico y verificable. No con medidas solo de compensación, sino con una visión común de política integral de largo plazo.

  2. Atraer inversión extranjera directa (IED) como mecanismo de compensación positiva, de modo que los recursos liberados se traduzcan en capital productivo nuevo, colocado en proyectos comunitarios y territoriales. Desde la Red Santa Cruz hemos probado este modelo: los ajustes fiscales no se traducen así en conflicto, sino en oportunidades para atraer capital internacional, estabilizar, crecer y distribuir productivamente: pescando juntos y no regalando la pescada.

  3. Consolidar empresas públicas indígenas autónomas, que funcionen de manera similar a las empresas de los GADs, con autonomía y capacidad de generar tributos hacia lo nacional, empleos en lo local y sostenibilidad en lo global. Así, los pueblos participan no solo como beneficiarios, sino como empresarios y autoridades: protagonistas en negocios legales, legítimos y competitivos.


Este enfoque convierte una medida sensible en un pacto de crecimiento y cohesión: el Estado reduce subsidios, los pueblos lideran actividades productivas, la inversión extranjera se canaliza hacia proyectos de impacto u de exportación, y la recaudación tributaria se fortalece.


La experiencia lo confirma:

  • Los paros de octubre de 2019 costaron USD 821 millones en once días (Banco Central del Ecuador, 2020).

  • En cambio, acuerdos técnicos en salud y educación en 2015 evitaron pérdidas de más de USD 100 millones (MEF, 2016).

  • Casos de descentralización en Quito y Guayaquil, como la gestión de aeropuertos, demostraron que transferir competencias puede resolver tensiones y abrir inversión (CONGOPE, 2013).


La evidencia internacional también lo respalda. Los deliberative dialogues en Canadá (Lavis et al., 2014), la planificación participativa en Australia (Hartz-Karp & Marinova, 2021) y la teoría de Sunstein (2017) coinciden: el diálogo técnico reduce riesgos, legitima decisiones y multiplica beneficios.


Señor Presidente, el 30-S de 2010 nos enseñó lo que cuesta gobernar sin diálogo.


Hoy, 15 años después, usted tiene la posibilidad de demostrar que el Ecuador aprendió la lección: que eliminar un subsidio puede ser también una inversión de impacto, si se hace bajo pactos dialogados, con inversión extranjera directa, con empresas indígenas públicas autónomas y con participación conjunta en actividades productivas.


Lo invito a sumarse al concepto auténtico de ADN@+, ése que junto a un corporativo quiteño diseñamos en la década pasada y londejé registrado como marca desde 2015.


ADN@+ significa HERMANDAD para ir siempre en positivo, en comunidad, en legalidad y en libertad.


Ese es el camino para transformar los costos de ayer en las oportunidades de mañana.


Con respeto, consideración y convicción,


Roberto F. Salazar-Córdova


Red Santa Cruz @

Hexagon Group Lat-Am +

ADN@+

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