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Aguas Andinas Profundas

Cuidar páramos es una solución de abastecimiento basada en la naturaleza.


El agua de los Andes: cinco planos y un precio sombra


Datos  de volúmenes de agua en la Tierra, organizados por plano.
Datos de volúmenes de agua en la Tierra, organizados por plano.
  • Océanos: 96,5% del agua superficial.

  • Glaciares y hielos permanentes: 1,74%.

  • Aguas subterráneas: 1,7% (de las cuales ≈30% dulce y ≈70% salobre).

  • Lagos y ríos: 0,014%.

  • Atmósfera (vapor de agua): 0,001%.

  • Humedad del suelo (incluye páramos): 0,001%.

  • Total accesible directamente al ser humano (ríos, lagos, atmósfera, humedad de suelo): <0,05%.

  • Agua en el manto (zona de transición, atrapada en minerales como ringwoodita): estimaciones de 1 a 3 veces el volumen de los océanos.



ALMACENANDO EL AGUA DULCE


En lo profundo del planeta, entre 400 y 660 km bajo la superficie, estudios científicos sugieren que podría existir el equivalente a tres océanos de agua industrializable atrapada en minerales del manto.


No es agua líquida ni accesible, pero ese dato sorprendente sirve para dimensionar la importancia del agua dulce que sí podemos usar en la superficie.


Para comprenderlo, conviene recorrer el ciclo desde arriba hacia abajo, en cinco planos.


1. Agua en la atmósfera


Es la humedad que circula en forma de vapor y nubes. Aunque mínima en volumen, es decisiva porque al encontrarse con la altura de los Andes, se condensa en lluvia, nieve y niebla.


Este proceso permite que exista la Amazonía como bosque húmedo, por ejemplo: sin los Andes, la planicie estaría seca, como ya se observó en años recientes de sequía.


2. Agua superficial


Océanos, glaciares, lagos y ríos conforman este plano. Los mares concentran casi todo el volumen, mientras que los ríos y lagos representan solo una parte muy pequeña.


Los conflictos por esta fracción son frecuentes; es el agua escasa que más usamos directamente: consumo, riego, energía y funcionamiento de las ciudades.


3. Agua en el suelo de los páramos


En los primeros centímetros del suelo, musgos y raíces actúan como una esponja natural.


Retienen agua de la lluvia y la liberan lentamente, sosteniendo caudales de ríos, hidroeléctricas, y canales de riego, gota a gota, cm2 a cm2, hectárea tras hectárea, por miles de Kilómetros, creando paisaje y vida incluso en épocas secas.


El agua paramera, al no ser del subsuelo, corresponde a los dueños de la tierra; está en el suelo, no en dominio público.


Su conservación en extensiones de miles de Hectáreas es transable y económica: es una solución basada en la naturaleza.


Por medio de bonos azules, asegura litros de agua limpia con un costo mínimo frente a cualquier alternativa tecnológica.


4. Agua en el subsuelo


A varios kilómetros de profundidad se encuentran los acuíferos, que abastecen pozos para ciudades y agricultura.


En este plano también está el agua de formación que aparece junto al petróleo.


Es un recordatorio de que el agua también convive con la energía. Han estado ligadas en la historia de la explotación fósil y de las industrias.


Empresas agrícolas, mineras, petroleras, y otras usan estas fuentes cuando no pueden acceder a aguas andinas superficiales o cuando no pueden desalinizar agua de los mares.


5. Agua en el manto


A cientos de kilómetros, bajo presiones extremas, los minerales del manto pueden contener moléculas de agua en cantidades multi-oceánicas.


El equivalente a tres océanos permanece allí, según investigadores académicos: inaccesible, teórica, impráctica aún, pero ya bajo estudio, por si a futuro sirve como referencia de la escala planetaria del consumo y ciclo del agua desde lo humano.


Haciendo juego desde la Economía con la Ingeniería, podemos hacer un esfuerzo por comprender su impracticabilidad bajo la tecnología actual y sus costos.


El método x% y el precio sombra


Un pozo petrolero en los Andes llega a un promedio de 3 Km de profundidad. Mientras tanto, el límite con el manto (Moho) está en promedio a 50 Km en los Andes.


Eso significa que con la tecnología con la que se extrae petróleo en la amazonía andina, un pozo típico cubre apenas el 6 % del trayecto.


Definamos aquello como factor de dificultad: X=6%.


Si usamos como referencia el costo del fracking (c≈60 USD por barril), entendiendo lo que implica extraer líquidos atrapados en roca, el cálculo de llevar agua sin procesar a la superficie sería: C=c/X=100*(60/6)=1000 USD el barril.


Desalinizar agua de mar cuesta entre 0,0005 y 0,0010 USD/L, mientras que potabilizar agua de formación de pozos petroleros requiere entre 0,006 y 0,015 USD/L, debido a su alta salinidad y contaminantes. En promedio, tratar agua de formación resulta entre 5 y 30 veces más caro que desalinizar.


considerando esto, si un barril equivale a 159 litros, obtener agua potable del manto costaría un precio imposible de ≈6 a 10 USD por litro de agua del manto.


Si no cuidamos del agua superficial, que embotellada en un restaurante se vende a 1 USD, preparémonos para tener que consumir agua a varios dólares más el litro.


Conclusión


El agua que necesitamos está en los planos superiores: atmósfera, ríos, suelos y acuíferos.


El agua Subterránea es cara. Cuidar los páramos ofrece soluciones ya en uso: Quito, Guayaquil y Cuenca, las 3 principales ciudades de Ecuador, se abastecen directamente o indirectamente del agua de los páramos.


Cuidar una Hectárea de páramo como reserva de agua para el verano cuesta centavos, mientras que un “sustituto profundo” tendría un precio sombra superior a 8 USD por litro.


Por eso, en los Andes, cuidar los páramos es la solución más racional y económica: una solución basada en la naturaleza que asegura agua confiable frente a cualquier alternativa costosa e inalcanzable.


¿Cuánto estaría Usted dispuesto a pagar para conservar el agua almacenada naturalmente en una Hectárea de Páramo en la Sierra y los Andes de Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia, Argentina, Chile, Panamá o Venezuela?


Cuidar el agua superficial es la mejor solución.
Cuidar el agua superficial es la mejor solución.

 
 
 

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