
El ADN@+ de los EEUU ANDINOS
- ROBERTO SALAZAR CORDOVA

- hace 17 horas
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Mientras Asia creció 6× en 30 años, América perdió seguridad y escala. El ADN@+ propone el giro.
Roberto F. Salazar-Córdova
HOY ES EL DÍA DE CHILE
Hoy Chile vota. No es un dato aislado. Es parte de una secuencia larga que comenzó en los años setenta y que cumple ya medio siglo. Desde entonces, Chile optó por reglas, apertura, responsabilidad fiscal y mercado, con tensiones, correcciones y costos sociales reales, pero con acumulación institucional sostenida (Ffrench-Davis, 2018). Esa trayectoria explica por qué el debate actual ocurre dentro de un marco republicano y por qué el dilema central ya gira en torno al tipo de capitalismo que se quiere proyectar hacia adelante (OECD, 2023).
Ese punto de partida importa para todo el continente. Seguridad, crecimiento, inversión y, en particular, inversión de impacto dejaron de ser problemas resolubles desde la escala de una comuna, una región natural cerrada o un solo país.
El crimen organizado, los flujos financieros, la energía, el clima y la tecnología operan a escala continental. La respuesta también debe hacerlo (UNODC, 2023). Desde ahí surge el título de este ensayo: El ADN@+ de los EEUU ANDINOS.
Índice
Chile como punto de inflexión histórico
Escala, seguridad y límite del Estado-nación
El ciclo andino de desperdicio estructural
Pandemia y quiebre de capacidad estatal
Guerrilla, narco-economía y captura territorial
Venezuela y el eco caribeño de 1962
Cuba: de 1959 a la centralidad del siglo XXI
Los EEUU ANDINOS como corrección histórica
PACES como arquitectura civilizatoria
URKU y el flujo vital del ADN@+
Capitalismo andino del siglo XXI
Proyección 2025-2050
Síntesis final
Referencias
1. Chile como punto de inflexión histórico
Chile inició en los años setenta un proceso singular en América Latina: reorganizó su economía sobre reglas de mercado, apertura comercial y disciplina macroeconómica, con profundas reformas estructurales (Harberger, 1985). Entre 1990 y 2015 el PIB per cápita real se duplicó y la pobreza cayó desde niveles superiores al 40 % a cifras cercanas al 8 % (Banco Mundial, 2022). Ese resultado permitió consolidar capacidades estatales, sistemas financieros profundos y credibilidad internacional.
Ese camino también acumuló tensiones sociales y demandas legítimas. El estallido de 2019 reveló brechas de trato, acceso y expectativas (CEPAL, 2020). Aun así, el debate chileno ocurre dentro de un marco republicano estable, con elecciones competitivas, alternancia y reglas claras. Ese dato marca la diferencia estructural con buena parte del entorno andino (Persson & Tabellini, 2003).

2. Escala, seguridad y límite del Estado-nación
Durante las últimas dos décadas, la violencia organizada dejó de ser un fenómeno local. América Latina concentra cerca del 33 % de los homicidios globales con menos del 9 % de la población mundial (UNODC, 2023). El tráfico de drogas, armas y personas opera mediante redes transnacionales que superan capacidades estatales fragmentadas.
En paralelo, la inversión productiva y la de impacto se desplazaron hacia plataformas regionales capaces de ofrecer trazabilidad, cumplimiento y escala (WEF, 2024). Países aislados enfrentan mayores primas de riesgo, menor financiamiento y pérdida de relevancia estratégica. Este contexto exige un salto geopolítico: pensar en bloques funcionales y reglas compartidas, más allá del marco clásico del Estado-nación (Rodrik, 2011).
3. El ciclo andino de desperdicio estructural
A comienzos del siglo XXI, los Andes recibieron el mayor shock positivo de ingresos por materias primas de su historia. Entre 2003 y 2013, Venezuela, Ecuador y Bolivia captaron más de USD 900.000 millones en renta petrolera y minera acumulada (Banco Mundial, 2022; CEPAL, 2023). Esa bonanza ofrecía una oportunidad única para diversificar economías, fortalecer instituciones y construir seguridad de largo plazo.
La evidencia muestra otro resultado. El gasto corriente creció más rápido que la inversión, los contrapesos institucionales se debilitaron y la corrupción se volvió sistémica. Venezuela pasó de producir 3,2 millones de barriles diarios en 1998 a menos de 800.000 en 2023, tras recibir más de USD 1 billón en ingresos petroleros en dos décadas (OPEC, 2023; IMF, 2024). El capital físico se deterioró y el humano emigró.
Ecuador exhibe un patrón similar en menor escala. Entre 2014 y 2023 el crecimiento promedio se mantuvo bajo el 2 %, con aumento de deuda y deterioro de seguridad, pese a ingresos excepcionales previos (Banco Central del Ecuador, 2024). El saldo es claro: recursos consumidos, capacidades erosionadas y una generación completa atrapada en estancamiento.
4. Pandemia y quiebre de capacidad estatal
La pandemia actuó como prueba de estrés. Los países con instituciones frágiles registraron mayores tasas de mortalidad, caídas económicas más profundas y recuperaciones más lentas (IMF, 2022). En América Latina, el PIB regional cayó más del 7 % en 2020, con impactos desiguales según calidad institucional (CEPAL, 2021).
El manejo fiscal y sanitario evidenció límites estructurales: sistemas de salud subfinanciados, informalidad extendida y baja capacidad de ejecución. La crisis dejó claro que bienestar y resiliencia dependen de reglas, confianza y cooperación público-privada sostenida (Acemoglu & Robinson, 2019).
5. Guerrilla, narco-economía y captura territorial
Desde los años ochenta, la guerrilla mutó hacia economías ilícitas. El narcotráfico se integró a circuitos financieros globales y capturó territorios estratégicos (UNODC, 2023). Esa dinámica se profundizó donde el Estado perdió legitimidad y capacidad de control.
El costo económico resulta medible. Países con mayor penetración del crimen organizado exhiben menor inversión, mayor informalidad y primas de riesgo más altas (World Bank, 2023). La seguridad dejó de ser un tema policial y pasó a ser un problema de gobernanza y escala regional.
6. Venezuela y el eco caribeño de 1962
La crisis venezolana adquirió una dimensión geopolítica comparable, en términos regionales, a la crisis de los misiles de 1962. La combinación de colapso institucional, migración masiva y presencia de actores extra-regionales reconfiguró el Caribe (Stavridis, 2024).
Más de 7,7 millones de venezolanos migraron desde 2015, el mayor desplazamiento contemporáneo del hemisferio (UNHCR, 2024). El impacto se extiende a Colombia, Ecuador, Perú y Chile, alterando mercados laborales, servicios públicos y dinámicas políticas.
7. Cuba: de 1959 a la centralidad del siglo XXI
En la segunda mitad del siglo XX, hablar de una Cuba integrada a un proyecto continental de libertad y legalidad resultaba impensable. Ese escenario cambia al mirar los próximos veinticinco años. La transición generacional y el agotamiento económico abren un espacio histórico distinto (Mesa-Lago, 2020).
Hacia los años cincuenta de este siglo, Cuba puede convertirse en un nodo estratégico del Caribe democrático, articulado con los EEUU ANDINOS, los EEUU brasileños, los EEUU mexicanos y los del Norte. Esa convergencia reposiciona a América como eje central del sistema global (Zakaria, 2020).
8. Los EEUU ANDINOS como corrección histórica
Los EEUU ANDINOS surgen como respuesta estructural al ciclo de desperdicio previo. Representan un regionalismo abierto, republicano y libertario, orientado a reglas compartidas, inversión y seguridad jurídica. Esta arquitectura reconoce identidades locales y las integra en un marco común de legalidad y legitimidad (Persson & Tabellini, 2003).
La experiencia comparada muestra que bloques regionales con reglas claras atraen mayor inversión y reducen volatilidad (OECD, 2023). El objetivo resulta simple: transformar fragmentación en plataforma.
9. PACES como arquitectura civilizatoria
PACES articula Política, Ambiente, Cultura, Economía y Sociedad como sistema operativo. Política entendida como coordinación intertemporal. Ambiente como balance medible. Cultura como confianza repetida. Economía como productividad bajo reglas. Sociedad como cooperación verificable (Salazar-Córdova, 2024).
La evidencia indica que países con mayor cohesión institucional y cultural exhiben mayor crecimiento sostenible y menor conflictividad (Putnam, 1993; World Bank, 2022).
10. URKU y el flujo vital del ADN@+
URKU actúa como la sangre que hace fluir el ADN@+. Integra trazabilidad ambiental, inversión de impacto y mercado. El diseño comercial contempla URKU-B en 2025 a USD 7,77, convertible en URKU-A certificado en 2026, con precio estimado de USD 40 y retorno mínimo comunicado de 5,22 % (ADNplus, 2024).
Este instrumento reduce incertidumbre, financia transición y alinea incentivos entre comunidades, inversores y territorios. La evidencia global muestra que mercados ambientales con reglas claras movilizan capital a gran escala (IEA, 2023).
11. Capitalismo andino del siglo XXI
El ADN@+ expresa un capitalismo andino del siglo XXI, con raíces históricas que se remontan a Atahuallpa: organización territorial, reciprocidad y autoridad legítima. Ese legado dialoga hoy con mercados, tecnología y finanzas globales (Deneulin & Shahani, 2009).
Se trata de un liberalismo cristiano y democrático, preocupado de lo social y de las comunidades, capaz de generar riqueza y distribuir oportunidades mediante reglas, inversión y trabajo.
12. Proyección 2025-2050
Entre 2025 y 2050, América puede consolidar un bloque hemisférico integrado, competitivo frente a Asia y Europa. La región concentra más del 20 % de la biodiversidad global, enormes reservas energéticas y capital humano joven (World Bank, 2023).
Bajo el ADN@+, los EEUU ANDINOS actúan como bisagra entre Norte, Caribe y Cono Sur, articulando cadenas de valor, seguridad y finanzas de impacto. Esa proyección redefine el liderazgo global del siglo XXI (WEF, 2024).
13. Síntesis final
El ADN@+ de los EEUU ANDINOS propone un cambio de fase histórico. De fragmentación a plataforma. De gasto a inversión. De discurso a cumplimiento. URKU canaliza ese tránsito como instrumento vital. América recupera centralidad al articular libertad, legalidad y legitimidad en escala continental.
Adelante! Siempre!!
14. Referencias
Acemoglu, D., & Robinson, J. (2019). The Narrow Corridor. Penguin.
ADNplus. (2024). URKU Product Sheet. www.adnplus.co.uk
Banco Central del Ecuador. (2024). Estadísticas Macroeconómicas.
Banco Mundial. (2022, 2023). World Development Indicators.
CEPAL. (2020, 2021, 2023). Panorama Económico de América Latina.
Deneulin, S., & Shahani, L. (2009). An Introduction to the Human Development and Capability Approach.
Ffrench-Davis, R. (2018). Reforming Latin America. Palgrave.
Harberger, A. (1985). Economic Policy and Growth in Chile.
IEA. (2023). Emissions Trading and Carbon Markets.
IMF. (2022, 2024). World Economic Outlook.
Mesa-Lago, C. (2020). Cuba’s Economic Change.
OECD. (2023). Latin American Economic Outlook.
OPEC. (2023). Annual Statistical Bulletin.
Persson, T., & Tabellini, G. (2003). The Economic Effects of Constitutions. MIT Press.
Putnam, R. (1993). Making Democracy Work. Princeton.
Rodrik, D. (2011). The Globalization Paradox.
Stavridis, J. (2024). Geopolitics of the Caribbean.
UNHCR. (2024). Venezuelan Refugee Update.
UNODC. (2023). Global Homicide Study.
WEF. (2024). Global Risks Report.
World Bank. (2023). Crime, Violence and Economic Development.
Zakaria, F. (2020). Ten Lessons for a Post-Pandemic World.










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