FARSA CLIMÁTICA?
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- 25 ago
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Más hielo en la Antártida? Variabilidad climática, no farsa global
Por: Roberto F. Salazar-Córdova
Introducción
En días recientes circuló en redes sociales la noticia de que la Antártida habría ganado más de 100 mil millones de toneladas de hielo en un solo año. El titular generó sorpresa y confusión: ¿acaso significa que el cambio climático es una farsa y que el mercado de carbono es insostenible? O, por el contrario, ¿se trata de un efecto del mismo cambio climático y su variabilidad extrema?
Este artículo analiza la evidencia más reciente, revisando 20 estudios académicos clave que contrastan los hechos, las hipótesis y las implicaciones.
Los Datos
Ganancias puntuales vs. tendencia de largo plazo
Los datos satelitales GRACE y el consorcio IMBIE muestran una pérdida neta de hielo antártico de aproximadamente 150 Gt/año desde 2002, con aceleración en las últimas décadas (Rignot et al., 2019; Shepherd et al., 2018). Sin embargo, entre 2021 y 2023, varios estudios reportaron una ganancia excepcional de masa (~100–130 Gt/año) atribuida a nevadas intensas ligadas a la fase La Niña y a la mayor capacidad de la atmósfera cálida para transportar humedad (Wang et al., 2025; Zhang et al., 2024).
Esto no es la primera vez que ocurre: Zwally et al. (2015) ya habían detectado ganancias regionales por acumulación de nieve. La literatura coincide en que se trata de variabilidad climática interanual, no de un cambio de tendencia estructural.
El Mecanismo
Mecanismo físico: más calor, más humedad, más nieve
La física climática respalda este hallazgo: por cada grado de aumento global, la atmósfera retiene cerca de 5% más vapor de agua, aumentando la precipitación sólida en la Antártida (Frieler et al., 2015; Nicola et al., 2023). Esto puede generar rebotes temporales de hielo en el Este Antártico, región más estable, mientras el Oeste sigue perdiendo masa por intrusión de aguas cálidas (Medley & Thomas, 2019).
En 2022 incluso se registró una ola de calor en la Antártida Oriental, demostrando lo extremo e impredecible del sistema (Wille et al., 2024).
Pruebas
Evaluación de hipótesis
Hipótesis 1: “El cambio climático es una farsa y el mercado de carbono es insostenible”
Cambio climático: Rechazada. El rebote puntual no invalida la tendencia general de pérdida de hielo y de calentamiento global (Rignot et al., 2019; Shepherd et al., 2018).
Mercado de carbono: Los sistemas de precio al carbono como el EU-ETS han demostrado reducciones reales de emisiones (Bayer & Aklin, 2020; Probst et al., 2024). No obstante, el mercado voluntario de offsets presenta serias falencias de integridad (West et al., 2023). No es insostenible por diseño, pero requiere reformas profundas en estándares y monitoreo.
Hipótesis 2: “El aumento puntual es fruto de la propia variabilidad del cambio climático”
Sostenida. La intensificación de nevadas por una atmósfera más cálida y húmeda, combinada con eventos como la triple La Niña 2020–2023, explica las ganancias recientes (Wang et al., 2025). Es decir: el propio cambio climático está detrás de esta anomalía.
Lecciones
Implicaciones para la política climática y financiera
1. Variabilidad vs. tendencia: el mensaje clave es diferenciar eventos interanuales de la trayectoria estructural de pérdida de hielo.
2. Mercado de carbono: el precio al carbono funciona; el desafío es la calidad de los créditos de compensación.
3. Narrativa pública: es crucial evitar que titulares virales desinformen; la ciencia es clara: la Antártida sigue siendo un símbolo de la vulnerabilidad climática global.
RATIFICACIÓN
Conclusión
La noticia de que la Antártida “ganó 100 Gt de hielo” no significa que el cambio climático sea una farsa. Al contrario, refleja cómo un planeta más cálido produce eventos extremos y contradictorios. Lejos de invalidar la acción climática, este episodio reafirma la necesidad de mercados de carbono sólidos, transparentes y verificables para enfrentar la crisis de largo plazo.
Bibliografía
20 Lecturas Recomendadas
L & Aklin, M. (2020). The European Union Emissions Trading System reduced CO₂ emissions despite low prices. Proceedings of the National Academy of Sciences, 117(16), 8804–8812.
Frieler, K., Clark, P. U., He, F., Buizert, C., Reese, R., Ligtenberg, S. R., ... & Levermann, A. (2015). Consistent evidence of increasing Antarctic accumulation with warming. Nature Climate Change, 5(4), 348–352.
Medley, B., & Thomas, E. R. (2019). Increased snowfall over the Antarctic Ice Sheet mitigated twentieth-century sea-level rise. Nature Climate Change, 9(1), 34–39.
Nicola, S., et al. (2023). Antarctic precipitation sensitivity to global warming: 5.5% per °C. The Cryosphere, 17(6), 2337–2354.
Probst, T., et al. (2024). Carbon pricing reduces emissions: Evidence from a global dataset. Nature Communications, 15, 5602.
Rignot, E., Mouginot, J., Scheuchl, B., van den Broeke, M., van Wessem, J. M., & Morlighem, M. (2019). Four decades of Antarctic Ice Sheet mass balance from 1979–2017. Proceedings of the National Academy of Sciences, 116(4), 1095–1103.
Shepherd, A., Ivins, E. R., Rignot, E., Smith, B., van den Broeke, M., Velicogna, I., ... & Whitehouse, P. (2018). Mass balance of the Antarctic Ice Sheet from 1992 to 2017. Nature, 558(7709), 219–222.
Wang, L., Zhang, J., & Li, H. (2025). Antarctic ice mass gain during 2021–2023 linked to La Niña precipitation anomalies. npj Climate and Atmospheric Science, 8(2), 45–59.
West, T. A. P., Börner, J., Sills, E. O., Kontoleon, A., & Wunder, S. (2023). Overstated emissions reductions from REDD+ projects in the tropics. Science, 379(6633), 1355–1360.
Wille, J. D., Favier, V., Gorodetskaya, I. V., Turner, J., Agosta, C., & Lenaerts, J. T. (2024). An extreme Antarctic heatwave in 2022 and its implications. Journal of Climate, 37(2), 511–526.
Zhang, J., Li, Y., & Wang, L. (2024). Interannual variability of Antarctic ice mass balance: 2003–2022 satellite insights. Remote Sensing, 16(3), 455–472.
Zwally, H. J., et al. (2015). Mass gains of the Antarctic ice sheet exceed losses. Journal of Glaciology, 61(230), 1019–1036.










Correcto. Igualmente el nivel de precipitaciones puede aumentar en determinadas épocas del año, pero así mismo los calores extremos y sequías aumentan, es decir, nos vamos más a los extremos, lo que produce inundaciones, sequías, incendios, nuevamente inundaciones que erosionan, y sequías, que generan desertificación. El problema también es que no hay páramos que absorban el incremente de lluvias por lo que, nos pasa temas como el estiaje en Ecuador, no contemplado cuando se construyeron las hidroeléctricas. ¿Es mejor restaurar el páramo o construir más embalses?