
Por una Derecha Real: Comentarios al Pre-Programa Matthei
- ROBERTO SALAZAR CORDOVA

- 15 jul
- 3 Min. de lectura
¿Puede Matthei ser de derecha real y rehacer su programa en pro de la unidad con verdad, regeneración territorial e integración del mundo productivo?
1. El momento histórico impulsa la unidad
Chile cuenta con una gran oportunidad.
El país puede consolidar una mayoría republicana amplia si las propuestas convergen sobre bases claras: verdad, comunidad activa, inversión con propósito y libertad responsable.
Una mirada crítica al documento denominado como pre-programa Matthei permite justamente ese ejercicio: no pensar tanto en coaliciones de partidos sino en integrar visiones, sumar territorios y fortalecer la arquitectura programática con mirada estructural.
2. El crecimiento nacional floreció con una Concertación que mantuvo distancia del comunismo
Durante varias décadas, Chile desarrolló una fórmula que permitió progreso sostenido, consolidación democrática y reducción de la pobreza.
El diseño institucional y político de la Concertación —cuando se mantuvo independiente del Partido Comunista— logró compatibilizar crecimiento, responsabilidad fiscal y paz social.
El segundo gobierno de Bachelet marcó un punto de inflexión.
La incorporación del Partido Comunista redirigió el rumbo del país, debilitó la estructura democrática y amplificó los conflictos ideológicos y sociales.
Hoy, los sectores que valoran la libertad, la inversión, el trabajo y la estabilidad pueden reencontrarse en un nuevo pacto que supere las divisiones, con propuestas serias y coherentes.
3. El mundo rural sostiene democracias sólidas
Los últimos procesos electorales internacionales han demostrado el poder de las regiones y del campo como columna vertebral del voto informado.
En Estados Unidos, Italia y América Latina, el crecimiento de las derechas democráticas ha surgido desde zonas rurales, comunidades organizadas, sectores agrícolas y territorios productivos.
Chile comparte esa realidad.
El campo, las regiones, los emprendimientos familiares, el migrante tributario y el productor local constituyen una base electoral decisiva.
Escuchar y representar a estos sectores fortalece la democracia, dinamiza la economía y eleva la legitimidad del proyecto político.
Un programa alineado con estos actores impulsa crecimiento, identidad y soberanía territorial.
4. La regeneración comienza desde la comunidad con inversión
El Estado cumple funciones importantes en la articulación nacional.
A la vez, la regeneración estructural surge desde comunidades organizadas, cadenas productivas bien trazadas y alianzas locales con visión global.
El desarrollo sostenible, la seguridad territorial, la justicia social activa y la estabilidad fiscal se consolidan cuando:
Las comunidades participan como protagonistas.
La inversión estructurada se convierte en motor de cambio.
La trazabilidad de impacto guía las decisiones públicas y privadas.
Los territorios construyen soberanía desde la cooperación real.
La regeneración se fortalece desde una lógica de acción compartida, responsabilidad social activa y liderazgo práctico.

5. Una derecha estructural garantiza gobernabilidad con impacto
El documento presentado puede convertirse en una plataforma estratégica para una gran unidad republicana. Para ello, es valioso integrar elementos esenciales:
Identificación clara del modelo de libertad responsable.
Alineación con el votante rural, comunitario y migrante productivo.
Fortalecimiento del eje territorial como generador de valor.
Enfoque positivo de inversión con trazabilidad e impacto.
Articulación de las derechas en torno a principios comunes: familia, trabajo, orden, paz y soberanía.
Esta derecha unificada lidera sin fragmentación, comunica sin ambigüedades y construye sin polarización. Chile avanza cuando sus fuerzas productivas y sociales caminan en coherencia.
📌 Conclusión
El pre-programa Matthei no abre una puerta que podría y debería instalar.
Incorporar al mundo rural, a la inversión regenerativa, al votante tributario, a las comunidades y a la experiencia histórica fortalece el camino.
La unidad se consolida cuando el proyecto nacional escucha, integra y responde con verdad.
La regeneración florece cuando se construye paz desde los territorios.
La victoria se logra cuando las derechas dialogan en profundidad, se alían en torno a convicciones y lideran con propósito.
Chile cuenta con todas las condiciones para avanzar. Este es el momento de hacerlo —sin miedo, sin odio, sin pausa— haciendo las PACES.
ADN@+6









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