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Q1-2022: LO POSITIVO EN 1 MINUTO

Hay tantas cosas positivas que pasan día a día. En enero, por ejemplo, en Chile, las proyecciones de crecimiento se cumplieron en un 99.32%


Y es que una buena forma de medir lo bueno que pasa es mirar el crecimiento de una economía.


Miremos, por ejemplo, el crecimiento de Chile desde el 2013 hasta Enero de 2022:

Chile viene creciendo a pesar de Octubre de 2019, y a pesar de Febrero de 2020, cuando comenzó el estallido y la pandemia, según lo muestran los dos últimos años del Indice Mensual de Actividad Económica, IMACEC en su comparativo con la tendencia 2013-2018 previa (ver gráfico).


El rebote del golpe 2020 de la pandemia, si se mira en perspectiva desde 2013 y la secuencia esperada del lustro 2013-2018, antes del shock del estallido de 2019, se produjo rápidamente.


Si se toman los datos oficiales del Banco Central de Chile y su Indice Mensual de Actividad Económica solo para Enero, se observa cómo 2019 y 2020 fueron años de desaceleración, pero 2021 y 2022 son años en los cuales se recuperó la tendencia y se ha crecido más allá de lo normal.



Tómese en cuenta, al mirar este gráfico, que solo mirando los Eneros (un mes siempre difícil por el verano, y por ser un mes de deudas tras los cierres navideños de diciembre), el cambio de gobierno de 2018 produjo un salto en el comercio que no se redujo en enero de 2019, sino que se mantuvo, y tampoco se redujo en enero de 2020, como se habría esperado al internalizarse el efecto del estallido de octubre de 2019, manteniéndose igual hasta antes del inicio de la pandemia, y creciendo luego de aquello, no solo en nivel, sino en tendencia durante enero de 2021 y enero de 2022, en medio de lo peor de la pandemia y al salir de la misma por la presencia de un estado que hizo lo que debía hacer, estructuralmente.


El problema, se dirá, desde el pesimismo, está en lo que viene: sobre todo en lo productivo, que se ha rezagado con respecto al consumo, al comercio y los servicios. Es cierto nuevamente; sin embargo, también se puede pensar que si bien se ha dejado de invertir en lo productivo de bienes, se ha invertido en lo productivo de servicios, y aquello sería la nueva normalidad por la cual cae la producción de bienes y crece la producción de servicios.


Si miramos con un cristal global y no solo local, veremos que está instalándose en Chile, una transición económica a un mundo tecnologizado que ha sido posible a causa de la pandemia: que usa más plataformas para el comercio, para llevar y traer servicios, y para incluso acercar bienes y gastos públicos, subsidios y pagos de tributos desde los hogares.


Las cifras nos muestran que estamos en medio de una cuarta revolución industrial que se ha instalado ya como nueva normalidad.

De hecho, merced al nuevo normal tecnológico, y el cambio estructural que aquello representa para la economía de Chile, al cierre de Diciembre de 2021, cuando ya sabíamos que habría un cambio de régimen político en el ejecutivo desde 2022, las proyecciones de crecimiento seguían siendo bastante positivas, a sabiendas de que el rebote de la pandemia ya había sido internalizado.


Se esperaba al 31 de Diciembre de 2021 que para el PIB del primer cuarto del presente año 2022, el crecimiento fluctuase entre 4% y 9,5%. Enero sería el de mayor mayor dinamismo con un rango entre 12% y 5% (ver cuadro arriba), y marzo sería el de menor expansión con un intervalo entre 8% y 2%.


En Enero de 2022, los datos oficiales para el PIB de Enero llegaron a 9%. Si las cosas son como han venido siendo desde 2013, y si Febrero y Marzo estuvieran iguales, a pesar del inicio de la guerra en el mes pasado y a pesar del cambio de gobierno en el mes presente, estaríamos cerca del 9.5% esperado y lejos del 4% igualmente esperado para este trimestre.


Dado lo que pasó en Enero, con la salida de la pandemia y el verano a plenitud, estuvimos ya más cerca de lo mejor, y muy lejos de lo peor.

De hecho, al mirar solamente Enero, la expectativa estaba entre 5% y 12%.

Si al peor escenario de Enero lo valoramos con 1, al normal obtenido con 2, y al optimista con 3, resulta que la nueva normalidad con la cual empezamos el 2022 en lo económico estuvo estadísticamente en el 99.32% de lo esperado. Aquello, en un periodo previo a la guerra, que ya traía incertidumbre, atada a la salida de la pandemia, ya era una excelente noticia, o debía serlo.


Acertar la expectativa promedio, cuando hay incertidumbre, es una buena noticia, pues muestra que los fundamentos de la economía están fuertes, y que incluso el cambio de gobierno esperado en ese entonces, diciembre y enero, hacia febrero, no había afectado el dinamismo de la economía y la forma en la cual la sociedad chilena producía, aún en medio de un mar de complicaciones logísticas, restricciones, y trabas causadas por la situación del país y el mundo.


Muchos dirán que el efecto de los ahorros en el mercado solo llevó a que Chile compre más autos importados; sin embargo, si tomamos datos del primer trimestre de 2018, antes de los estallidos de 2019, la pandemia de 2020, el rebote por los retiros y el ingreso familiar de emergencia entregado por el estado hasta 2021, y el cambio de gobierno en este 2022, veremos que Chile ya venía consumiendo más autos que el resto de la región, salvo Argentina y salvo Ecuador, que en 2018, tras la salida del socialismo del siglo 21 en 2017, desató su consumo automotriz de manera aceleradísima.


Claro que a Ecuador, ya luego la pandemia y el estallido le llevaron a las puertas del colapso, siendo (salvo Venezuela, que es un desastrozo caso aparte) la economía que más fue golpeada en su crecimiento del primer trimestre del 2020, con el arranque de la pandemia:

Chile fue el país que mejor resistió el inicio de la pandemia, sin tener una caída de su PIB, sino incluso creciendo en positivo, incluso antes de las "demoradas" ayudas y toda la locura desatada en términos de gasto fiscal y desahorro nacional que se produjo por la histeria de los políticos y la feria de recursos puestos en los mercados que se generó con todas las leyes, cambios constitucionales, acuerdos, debates, movimientos, elecciones, irrupciones, interrupciones, y cambios de tendencias observadas en el camino durante los años pasados en Chile, que ojo, cuando uno mira hacia la región con datos, no parecen ser tan diferentes a lo pasado en otros países de América, manteniendo a Chile como un país que logra salir adelante conforme a lo que puede esperar, dadas sus reales circunstancias.


Así que, a esperar lo positivo. Las masas en las calles están contentas con los cambios, y quizá todo sea para mejor, salvo en las inversiones. Quizá haya más gasto y más impuestos, e incluso quizá haya más inflación y precios más altos, pero también habrá consumo por el lado de la base de la pirámide, así que hay que ver el lado positivo y comenzar a producir para la clase media que seguirá estando fuerte, y pensar que se puede comenzar a pertenecer a un país más cohesionado, que se parezca más a los países vecinos, comercie con ellos, se haga amigo de los demás, deje atrás sus cargas emocionales pesadas como los otros ya hicieron a la hora de quitarse sus complejos de inferioridad y superioridad, y se piense como un país inserto en un solo continente, y en una sola región, realmente Americana y Latino-Americana, como es de verdad, y con la cual podemos salir juntos si comerciamos más entre nosotros y si inventamos un nuevo país y una nueva América Latina que se parezca más a lo que se parecen nuestros niños cuando caminan con sus padres en un Domingo.


El lado positivo de las guerras siempre ha sido bueno para América, y el lado positivo de las revoluciones siempre ha sido recuperado por nuestros padres: los resilientes latino-americanos, así que a estar tranquilos al cierre de Marzo, esperar los datos oficiales, volver a medir, no perder el foco, producir con fuerza, consumir con calma, descansar y leer mucho, y mantenerse en contacto con los más queridos, pensando qué hacer, juntos, estemos donde estemos.


Gracias a la tecnología y el fin de semana, la vida nos permitirá llamarnos y pasar un buen rato, relajarnos, quizá asar algo en la parrila, y avanzar con mucha fuerza durante el próximo trimestre: vivos y cuidando nuestra salud física y mental que es lo de fondo.


Antes de descorchar un buen vino chileno pensemos que debemos hacer un salud por los que se fueron, honrarlos, y agradecer que sobrevivimos y que la pandemia ya fue internalizada hasta marzo del año pasado, cuando ya se volvió a la tendencia estructural en lo macro.


Tenemos que esperar con calma los datos de Marzo de 2022, que vendrán en un par de meses, y veremos qué opina la economía real, de todo lo que ha pasado en el país real en el que vivimos, y en su situación real que ahora percibimos y que ahora vivimos:


LECTURAS RECOMENDADAS


Para que pensemos y leamos que no solo en Chile, sino en el mundo hemos pasado lo peor de la pandemia y que, a pesar de lo que viene, siempre podremos tener mucho por hacer y para desarrollar, compartimos aquí, en este Domingo, algunas lecturas con ejemplos de ideas de países desarrollados que podemos seguir para crear nuestros propios proyectos y generar crecimiento a nivel micro, desde nuestra empresa, familia, barrio y comunidad, ciudad y país:


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