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CAMBIAR

DIALOGO CON DECALOGO


Introducción: la fe que no murió con la pandemia


Al inicio de la pandemia, algunos pensaron que la religión desaparecería. Se burlaban diciendo: “¿qué harán los católicos si no pueden ir a misa por meses?”. La experiencia mostró lo contrario. En lugar de apagarse, la fe se fortaleció. La humanidad redescubrió su vulnerabilidad y volvió a rezar, a pedir protección y a encontrar en lo espiritual un sentido más hondo frente al miedo, la soledad y la muerte.


Una Iglesia renovada en el siglo XXI


Hoy, el planeta tiene una Iglesia renovada. Tras la muerte del Papa Francisco en 2025, fue elegido León XIV, quien antes de consagrarse al sacerdocio estudió Matemáticas en Villanova University, en Estados Unidos. Ese recorrido académico le dio una mirada racionalista y de sistemas, que ahora, como pastor, se une a su fe y misión espiritual.

Su elección marcó un giro: un Papa que entiende de ciencia y de misión, capaz de hablar al corazón del siglo XXI. Uno de sus primeros gestos fue canonizar a Carlo Acutis, el joven italiano que usó internet para difundir la fe y que murió a los 15 años. Carlo había dicho: “la Eucaristía es mi autopista al cielo”. León XIV subrayó que Carlo enseñó al mundo que las redes sociales, en lugar de dividir, pueden ser santificadas y convertirse en puentes de paz.


Chile: el ejemplo de la fe debilitada


América Latina vive estas tensiones de fe y política con caminos distintos. Chile es el ejemplo más claro de lo que ocurre cuando la fe se debilita. En 1995, más del 70 % de los chilenos se declaraban católicos; en 2023, solo un 45 %. La pérdida de confianza en la Iglesia coincidió con la mayor crisis social y política de su historia reciente.

El gobierno de Sebastián Piñera, en alianza con Estados Unidos, participó en el conflicto venezolano. En febrero de 2019, Piñera viajó a Cúcuta para respaldar a Juan Guaidó y anunciar la acogida de migrantes. La Visa de Responsabilidad Democrática (VRD), lanzada en 2018, abrió la puerta a un flujo sin precedentes: de 83 000 venezolanos en 2017 a más de 450 000 en 2019.

Ese contexto de presión migratoria se sumó a desigualdad y desconfianza institucional. El 18 de octubre de 2019 estalló la crisis social. Lo que empezó como evasiones en el metro terminó en violencia, vandalismo y un ciclo de cinco años de inestabilidad: pandemia, dos procesos constitucionales fallidos, bajo crecimiento, inflación y aumento de la pobreza. Chile, debilitado en su fe, perdió la paz interna y aún busca recuperar estabilidad.


Ecuador: primer país consagrado al Sagrado Corazón


Ecuador, en cambio, tiene una base distinta. Fue el primer país del mundo en consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús, por obra de Gabriel García Moreno en el siglo XIX. Esa consagración marcó la identidad espiritual del país.

Aunque la proporción de católicos ha descendido (de más del 80 % en 2012 a 70–75 % en 2023), la mayoría de los ecuatorianos sigue aferrada a la fe. Esa fe es hoy el escudo más poderoso frente a la violencia, la pobreza y la división.

El paro nacional de septiembre de 2025 pone a prueba al país. Según nuestro modelo, la probabilidad de que termine en paz con solo diálogo es de 58 %. En cambio, si se centra en el Decálogo como base del diálogo, la probabilidad sube a 67 %.

La conclusión es clara: un Ecuador que se aferre al Corazón de Jesús y dialogue con principios puede convertirse en isla de paz en medio de una región convulsionada.


Venezuela: probabilidad de caída de Maduro


El modelo regional no puede dejar de considerar la situación en Venezuela. Al 21 de septiembre de 2025, la probabilidad de caída de Maduro en un horizonte de 90 días alcanza el 86 %, habiendo superado ya el umbral del 50 % el 16 de septiembre. La presión militar, diplomática y económica acelera la cuenta regresiva.

Este dato es clave porque vincula a Ecuador directamente. Así como Piñera se complicó al involucrarse en Cúcuta, existe el riesgo de que Noboa, en su alineamiento con Estados Unidos, cargue con costos internos si no se acompaña de un diálogo social sólido.


NO A LA POLARIZACION SI A LA ORACION
NO A LA POLARIZACION SI A LA ORACION

Riesgo para Noboa: la lección de Piñera


Piñera no contó con el respaldo firme de la fe en su país, porque la Iglesia chilena estaba debilitada por sus crisis internas. Ese vacío espiritual dejó espacio a que el mal se expandiera en forma de caos social.

Para Noboa, el riesgo es claro: si se suma de manera frontal al proceso de caída de Maduro, sin acompañarlo de un diálogo con decálogo en casa, puede abrir la puerta a una espiral de conflictividad como la que desgarró a Chile. La probabilidad de que se le complique, en un escenario de paro prolongado y sin principios claros, se estima en 45 %, pero baja a 30 % si integra el decálogo como marco político y espiritual.


Un Diálogo con Decálogo para Ecuador y el mundo


Por eso este artículo propone un Diálogo con Decálogo: un diálogo que no sea vacío ni manipulado, sino enraizado en los Diez Mandamientos, aplicados a la vida política y social:

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas: gobernar con fe, no con soberbia.

  2. No tomarás el nombre de Dios en vano: no endiosar el ego ni las ideologías.

  3. Santificarás las fiestas: abrir mesas de diálogo como celebraciones de diversidad, no como fiestas de caos.

  4. Honrarás a tu padre y a tu madre: rescatar la memoria de los abuelos y sus valores.

  5. No matarás: rechazar la violencia de lado y lado; hacer las paces en días, no en años.

  6. No cometerás actos impuros: respetar la dignidad de las personas y la pureza del poder.

  7. No robarás: cuidar lo público y no abusar del mandato.

  8. No darás falso testimonio: hablar con verdad y defender la justicia.

  9. No consentirás pensamientos impuros: no dejar que el odio gobierne el corazón.

  10. No codiciarás bienes ajenos: rechazar la corrupción y construir equidad.


Este decálogo, aplicado a la política, es suficiente para santificar el diálogo social. Es un camino concreto para Noboa y Trump, Kast y Milei, Petro y González, y para todos los líderes del mundo: gobernar con principios, evitar abusos de poder, honrar a las familias, no robar, no mentir y no matar.


Conclusión: Ecuador como isla de paz


La lección de Chile es clara: a falta de fe, se cedió ante el mal y se perdió la paz. La oportunidad de Ecuador es distinta: tiene todavía mayoría creyente, tiene memoria gabrielina, tiene a la Virgen María como protectora del mundo y al Sagrado Corazón como escudo.

No hay mal que dure cien años ni cuerpo social que lo resista. Si el país abraza un Diálogo con Decálogo, puede terminar este paro en paz, consolidar su democracia y convertirse en ejemplo de que fe y razón, unidas, salvan pueblos enteros.

Chile ha vuelto a la fe y la fiesta hoy se siente mejor que nunca. Que sea así en estos días en Ecuador también. Con Diálogo y con Decálogo.

Saludos desde Chile.

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